A la atención de president Illa y a la alcaldesa Badia.
El Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica de Generalitat i el INCASOL, fracasaran en las nuevas creación de viviendas públicas, si solo se centran en la creación de viviendas nuevas y no al control de la gestión y seguimiento de esas viviendas. Ayer, día 25 de agosto en la página del President, le dejé mi reflexión sobre el plan de vivienda social de la Generalitat.
El problema de la vivienda pública no se soluciona únicamente con la construcción de nuevas unidades, sino que reside en la gestión y el seguimiento riguroso de estas. Si el énfasis se pone exclusivamente en la edificación, sin una adecuada supervisión posterior, el fracaso del programa es previsible. El suelo público no es un recurso infinito y su mala gestión comprometería el futuro de la vivienda para las próximas generaciones.
Mi experiencia profesional en este ámbito me ha demostrado que, sin un sistema de control y cumplimiento de protocolos claros y estrictos, estas iniciativas están destinadas a fracasar, repitiendo errores del pasado. Para evitarlo, propongo un modelo de gestión integral que incorpore las siguientes ideas:
1. Criterios de Adjudicación Transparentes y Basados en Necesidad
Se debe priorizar a los solicitantes según su vulnerabilidad socioeconómica, tamaño familiar y otras variables objetivas. Esto puede lograrse con un sistema de puntos auditable, que minimice la discrecionalidad y asegure que las viviendas se asignen a quienes realmente las necesitan.
2. Contratos con Cláusulas de Cumplimiento Obligatorio
Los contratos de arrendamiento deben ir más allá del pago mensual. Deben incluir cláusulas que especifiquen:
* Inspecciones periódicas: Visitas anuales o bienales para verificar el estado de la vivienda y su uso.
* Prohibición de subarriendo o cesión ilegal: Con penalizaciones severas y cláusulas de rescisión de contrato inmediatas.
* Mantenimiento por parte del inquilino: Responsabilidad de los inquilinos para el cuidado diario y reportes obligatorios de daños estructurales.
3. Creación de un Órgano de Control y Seguimiento
Es crucial establecer una entidad independiente o un departamento especializado, con poder para auditar la gestión de estas viviendas. Sus funciones incluirían:
* Monitorización de ocupación: Detección de viviendas vacías o con un uso indebido.
* Atención a quejas y denuncias: Un canal para que vecinos y la comunidad reporten irregularidades.
* Coordinación con servicios sociales: Para ofrecer apoyo a los inquilinos que enfrenten dificultades y prevenir la morosidad o la pérdida de la vivienda.
4. Implementación de un Sistema de Gestión Digital (BIM)
Utilizar la tecnología para la eficiencia. Un sistema de información centralizado permitiría:
* Trazabilidad: Conocer el historial de cada vivienda, desde su construcción hasta cada inquilino.
* Optimización de recursos: Planificar mejor el mantenimiento preventivo y correctivo.
* Análisis de datos: Generar informes que ayuden a la toma de decisiones estratégicas, como la identificación de áreas con mayor necesidad o la evaluación del éxito del programa. Entre otros muchos temas más como la convivencia…
En conclusión, la construcción es solo la primera fase. El éxito a largo plazo de una política de vivienda pública sostenible depende de una gestión proactiva y un seguimiento exhaustivo, garantizando que este valioso recurso público cumpla su función social de manera efectiva y duradera.
Juan Antonio Heredia Heredia
Gavà, a 26 de agosto de 2025.